Cuando los niños se comportan mal, ya sea que tengan 3 o 13 años, puede ser difícil saber qué hacer. Una vez que comprenda más sobre por qué se comportan de la manera en que lo hacen, puede reaccionar con más calma. Y notar y elogiar un comportamiento “bueno” o positivo realmente puede ayudar a alentarlos a cambiar su comportamiento.
¿Por Qué Se Comportan Así?
Los niños se comportan mal por alguna razón. A menudo, se comportan mal porque no pueden obtener algo importante para ellos (como atención o más capacidad de toma de decisiones), porque está controlado por un cuidador u otro adulto. Su comportamiento es una manera de convencerlo a usted, o a otro adulto, de darles lo que quieren. Y probablemente usted sepa lo que sucede cuando no obtienen lo que quieren. Pueden hacer un berrinche, tener un ataque, poner los ojos en blanco; todo es un intento de hacer que usted cambie de opinión y se rinda ante sus exigencias.
Piense en un candado y una llave. Usted es el candado, un punto de control. El comportamiento del niño es probar “llaves” o diferentes comportamientos que funcionen en el candado y obtener lo que quiere.
Ahora que está pensando de esta manera, verá que a veces los niños comienzan con el comportamiento que queremos, como preguntar educadamente o hacer una pausa mientras tenemos otra conversación. También puede ver que si no se le presta atención a esa primera “llave”, pueden pasar a comportamientos o “llaves” de mayor importancia. Pueden elevar la voz o empeorar la mala conducta o el lloriqueo.
Si esos comportamientos y llaves no les consigue lo que quieren, podemos esperar que se esfuercen aún más, con peor conducta o llantos más intensos. Es tentador ceder al lloriqueo para evitar los gritos. O a veces, es tentador gritarles para que cesen en su actitud. Pero no tiene necesidad de llegar a ese punto.
Seis Pasos Para Evitar Conductas No Deseadas
Nunca podemos eliminar la “mala” conducta o el comportamiento no deseado pero sí podemos reducirlo. Estas son algunas ideas para comenzar.
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La salud mental y el comportamiento de los niños se benefician con las rutinas y la estructura. Es útil tener un horario constante para que sepan qué esperar. Considere la posibilidad de tener un horario expuesto en un lugar central o conversar regularmente sobre el horario.
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Asegúrese de que duerman lo suficiente. ¿Comen y beben lo suficiente? Tener estos conceptos básicos cubiertos ayudará al estado de ánimo de un niño.
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¿Están recibiendo suficiente atención y afecto? Los niños prosperan cuando saben que están atendidos. Repartir saludos y abrazos puede resultar tranquilizador.
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Establezca expectativas claras. ¿Tener una visita? ¿Ir a un parque para una cita de juegos con un nuevo amigo? ¿Ir a la casa de un familiar durante un fin de semana? Obtenga información específica con anticipación sobre cómo le gustaría que se comportara su hijo. Por ejemplo, “Cuando encontremos a tu amigo, me gustaría que lo saludes y le preguntes qué le gustaría hacer primero” o “En la casa de la abuela, preguntamos antes de servirnos un refrigerio”.
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Brinde muchos elogios cuando vea el comportamiento que desea. Si su hijo está en silencio en la biblioteca, en lugar de decir solo “Buen trabajo”, intente ser específico, como “Realmente me gusta mucho cómo estás hablando en voz baja aquí en la biblioteca”. La atención y los elogios motivan a un niño a repetir ese comportamiento.
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Dé recompensas por un comportamiento positivo. Podría ser darle algo que le gusta (tiempo para jugar en el patio de juegos, un juego favorito) o quitarle algo que no le gusta (dándole un descanso cuando hace la tarea o un día sin tareas).
Consulte nuestra descarga para ayudarle a elogiar y recompensar.
Si bien ningún niño se comportará perfectamente, alentar y elogiar el comportamiento positivo puede ayudar a aumentarlo en su hogar o en el aula. ¡Y eso tendrá beneficios para la salud mental de todos!